Nadine Loubet: Un legado de resistencia y dignidad en Cerro Navia.

Nadine Loubet, más conocida como la hermana Odile, fue una religiosa francesa que dejó una huella profunda en Chile, particularmente en las zonas populares de Santiago como Cerro Navia, Pudahuel y Lo Prado. Su vida y trabajo durante los años más oscuros de la dictadura militar (1973-1990) no solo revelan un profundo compromiso con los derechos humanos y la dignidad de los más vulnerables, sino que también resuenan como un ejemplo de valor y resistencia en medio de la represión. En este post, exploraremos el legado de Nadine Loubet y cómo su labor transformó la vida de muchas personas en Chile.

Llegada a Chile: Compromiso con los Pobres

Nadine Loubet llegó a Chile en 1965, como parte de la Congregación Dominicas de Santa Catalina de Siena. Su misión en Chile se centraba en trabajar en las comunidades más pobres del oeste de Santiago, como Cerro Navia. En esa época, estas zonas eran conocidas por sus altos niveles de pobreza, marginación y falta de acceso a servicios básicos.

Desde el principio, la hermana Odile abrazó su labor con una dedicación inquebrantable. Se integró a la comunidad y comenzó a participar activamente en iniciativas locales como las «ollas comunes» y otros proyectos sociales que buscaban aliviar las difíciles condiciones de vida de los pobladores. La idea de «Construyendo Juntos» o «Comprando Juntos» se convirtió en el núcleo de su filosofía: ella no solo ofrecía ayuda, sino que también alentaba la autoorganización y la colaboración entre los vecinos​.

La Dictadura y el Horror en el Río Mapocho

El golpe militar de 1973 que derrocó al gobierno de Salvador Allende marcó un antes y un después en la vida de Nadine Loubet. Apenas dos días después del golpe, Loubet enfrentó su «primer encuentro con el horror». Durante uno de sus recorridos por el río Mapocho, encontró los cuerpos de opositores políticos que habían sido asesinados por las fuerzas de seguridad del régimen. Horrorizada, la hermana Odile comenzó a recoger los cuerpos y a ofrecerles sepultura digna​.

Este acto de humanidad y valentía, en una época donde el miedo y la represión estaban en su punto máximo, no fue un hecho aislado. A partir de entonces, Loubet se dedicó a ayudar a los perseguidos por la dictadura, brindando refugio en su hogar a aquellos que lograban escapar de las detenciones. Uno de los casos más notables fue el de un joven brasileño que había sobrevivido a un fusilamiento y a quien la hermana Odile acogió, curó sus heridas y ayudó a escapar del país​

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Una Religiosa en Resistencia

A lo largo de la dictadura, la labor de la hermana Odile fue mucho más que un simple acto de caridad. Su compromiso con los derechos humanos y su oposición al régimen la pusieron en conflicto con su propia congregación y con la jerarquía eclesiástica, que en muchos casos permaneció en silencio o apoyó al régimen militar. Loubet tomó la difícil decisión de abandonar sus votos para poder actuar de manera más directa y libre en su misión de proteger a los más vulnerables​

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La teología de la liberación, una corriente dentro de la Iglesia Católica que abogaba por un compromiso activo con los pobres y oprimidos, fue una gran influencia en su trabajo. Loubet, junto con otros religiosos y laicos comprometidos con la resistencia, se convirtió en una figura clave en los barrios populares de Santiago. El sacerdote Mariano Puga, otra figura importante de la resistencia eclesiástica, estimó que cientos de personas se beneficiaron de la red de apoyo que estas mujeres religiosas tejieron en torno a los perseguidos políticos​.

El Legado en Cerro Navia

El trabajo de Nadine Loubet en Cerro Navia y otros barrios populares de Santiago fue mucho más que una acción puntual de ayuda. Su labor se enfocaba en empoderar a las comunidades, ayudando a los vecinos a organizarse y encontrar soluciones colectivas a los problemas que enfrentaban. Esto incluía no solo la distribución de alimentos a través de las ollas comunes, sino también el acceso a la salud y la educación, áreas que estaban gravemente desatendidas durante esos años​.

Su compromiso con la comunidad le ganó el respeto y el cariño de los pobladores. Incluso después de que la represión disminuyera y el régimen militar terminara en 1990, el legado de la hermana Odile permaneció vivo en Cerro Navia. Las generaciones posteriores continuaron recordando su valor y su entrega incondicional a los más vulnerables, convirtiéndola en una figura emblemática de la resistencia en Chile.

Los Cuadernos de Odile: Un Testimonio de Fe y Compromiso

Uno de los aspectos más conmovedores del legado de Nadine Loubet son sus diarios, conocidos como los «cuadernos de Odile». Estos documentos, que recogen sus reflexiones y experiencias durante los años más duros de la dictadura, ofrecen un testimonio íntimo de su fe y su compromiso con los derechos humanos​.

En estos cuadernos, Loubet describía los horrores que presenciaba, pero también cuestionaba la condición humana y reflexionaba sobre la importancia de mantenerse del lado de los que sufren. Sus escritos no solo revelan su profundo sentido de la justicia, sino también su convicción de que la religión debía estar al servicio de los más desprotegidos. En lugar de esperar una salvación futura, Loubet creía en la necesidad de actuar en el presente para construir un mundo más justo.

Estos cuadernos, rescatados años después de su muerte en 2010, han servido de base para varias investigaciones y documentales, como el trabajo de Samuel Laurent Xu, que busca sacar a la luz el papel crucial de mujeres como la hermana Odile en la resistencia contra el régimen militar​(

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Conclusión: Un Legado de Esperanza y Resistencia

La historia de Nadine Loubet, la hermana Odile, es un recordatorio poderoso de lo que puede lograrse cuando se actúa con valentía y determinación en defensa de los derechos humanos. Su trabajo en Cerro Navia y otras zonas populares de Santiago no solo mejoró las condiciones de vida de cientos de personas, sino que también sembró las semillas de la organización comunitaria y la resistencia colectiva.

A través de su legado, la hermana Odile continúa siendo una fuente de inspiración para todos aquellos que creen en la posibilidad de un mundo más justo y digno. Su ejemplo nos recuerda que, incluso en los tiempos más oscuros, la solidaridad y el compromiso con los demás pueden ser una poderosa herramienta para cambiar el curso de la historia.

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